viernes, 15 de enero de 2010

Egoísmo


Cómo veo yo, cómo expreso yo, cómo vivo yo, cómo deseo yo, cómo subo yo, cómo bajo yo, cómo tengo yo, yo, yo, yo y siempre yo. Estamos viviendo en el mundo del yo, me sumo también a ese permanente yo, sería pretencioso afirmar que no estás dentro del mundo.

Siempre ponemos nuestros intereses por sobre los de los demás, nuestro parecer siempre es el correcto, nuestros análisis son siempre los mejores. Me pregunto entonces, dónde queda lo que no nos compete y, más aún, a quién le importa. Dónde queda la fortaleza con la que un pueblo entero tiene que luchar, contra un gigante, pequeños ante tanta destrucción, impotentes, por dónde empezar si no se sabe cuál es el principio y menos el final. En este apocalipsis, nos importa de verdad qué pasa con ellos o sólo necesitamos saber que nuestros compatriotas estén bien, que hay o no hay chilenos desaparecidos entre los escombros, que por cierto es importante, pero acaso esa certeza aminora en algo la desazón de tan brutal golpe.

Me rompe el corazón ver esas pequeñas vidas con sus ojitos empañados con tanto llanto, no entendiendo nada, tratando con ansiedad de reconocer sus madres, padres, hermanos y tantos otros amados, entre tanta gente que se mueve a su alrededor. Probablemente ya nunca los volverán a ver.

¡Qué podrá pensar un pequeñito que de un momento a otro su cruel paisaje se convierte en uno peor, de gritos, llantos, muertes, soledad, indefensión!. Otros, con la confianza de que la ayuda llegará y todo se resolverá. ¿Podrá finalmente ser así?. Mi mente no logra imaginar alguna estrategia para salvar de algún modo esa masacre. En los próximos días, se verá si bajo tanto escombro, algo de vida aún queda, si es así dónde recuperar esos malogrados cuerpos, dónde sacar agua, dónde, dónde, dónde, como volver a organizar un lugar que está casi completamente destruido. No lo puedo siquiera vislumbrar.

¡Qué más tiene que pasar para remecernos! ¡Dónde podemos pulsar la pausa para que todo este caos se detenga! Empezando por pensar en "tú", en "nosotros", tu dolor, tu llanto, tu desgracia, las nuestras. Devolver este horrendo destino a uno menos adverso. Que de una vez por todas las cosas sean de todos y para todos, que los trastocados valores de esta salvaje sociedad vuelvan a ser valores.

Dejemos de pensar... y ¿si me pasara a mi? Tarde o temprano nos pasará, no es necesario tener grandes conocimientos, está claro que este mundo no puede más.

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